Mientras esperamos, con deseo, esperanza y alegría que MARÍA, nuestra MADRE del Cielo y también de la Tierra, venga a Visitarnos a Garabandal, el día 2 de Julio, rememoraremos un pasaje, muy edificante y Revelador, de una locución que tuvo Conchita de nuestro señor, el cual nos tiene que interpelar y hacer que nosotros, también, nos preguntemos lo que Jesús le preguntó a Conchita: ¿No me dices, - los sustituimos por nuestro nombre-, que quieres cumplir con mi voluntad?
Locución de Conchita con Nuestro Señor:
El 7 de Febrero. Conchita entró como aspirante en las Carmelitas Misioneras de Pamplona, con el deseo de seguir la vocación religiosa. Seis días después Nuestro Señor le hace ver el camino especial que le tiene destinado.
El Domingo 13 del mes de Febrero en el momento de dar gracias a Dios, después de Comulgar, he recibido a la vez una grande alegría y a la vez una tristeza mayor y una desilusión. He oído la voz de Cristo que me decía así: "Conchita, tu has venido aquí al colegio para prepararte para ser mi esposa y dices que a seguirme. ¿No me dices, Conchita, que quieres cumplir con mi voluntad? Pues tú ahora quieres cumplir la tuya y ¿quieres seguir así toda tu vida? Te he elegido a tí en el mundo para que te estés en él, enfrentándote con las muchas contrariedades que por Mí hallarás. Todo esto lo quiero Yo para tu santificación, y lo ofrezcas por la salvación del mundo. Debes hablar al mundo de María. Acuérdate de que en Junio me has preguntado si serás monja. Te he dicho: en cualquier parte hallarás la Cruz, el sufrimiento, te lo vuelvo a decir ahora. Conchita, ¿has sentido Mi llamada para ser mi esposa? No, porque no te he llamado".
Yo le he preguntado: ¿Y cómo se siente tu llamada para ser monja? Y me ha dicho: No te preocupes de esto, tu no la sentirás". Le he dicho: ¿entonces no me quieres Jesús? Me ha dicho: "Conchita, ¿tú me preguntas eso? ¿Quién te ha redimido? Cumple mi voluntad y encontrarás mi amor. Examínate bien. Piensa más en los demás, no te importen las tentaciones; si eres fiel a mi amor, vencerás las muchas tentaciones. Sé inteligente en lo que te he dicho, inteligente espiritualmente, no te tapes tu misma los ojos del alma, no te dejes engañar por nadie. Ama la humildad, la sencillez, nunca pienses que lo que has hecho, es mucho, piensa en lo que tienes que hacer y en lo que debes de hacer, no para ganar el Cielo, sino para el mundo, que cumpla mi divina voluntad; que toda alma se prepare. Quien tenga su alma dispuesta para oírme, sabrá qué es mi voluntad".
"Quiero decirte, Conchita, que antes del Milagro sufrirás mucho, pues habrá pocos quienes te crean; tu misma familia creerá que les has engañado. Todo esto lo quiero Yo (ya te lo he dicho), para tu Santificación, y para que el mundo cumpla el Mensaje. Quiero prevenirte que el resto de tu vida será un continuo sufrimiento; no te acobardes, en el sufrimiento, estoy Yo y María, a quien tu tanto quieres".
Yo le he preguntado si en Roma también me dejarían de creer, y me ha dicho: "NO TE PREOCUPES SI TE CREERAN O NO TE CREERAN. YO LO HARE TODO; PERO TAMBIEN TE DARE EL SUFRIMIENTO; QUIEN SUFRE POR MI, YO ESTARE CON EL.
Llamada por el Santo Oficio, Conchita fué a Roma en Enero de 1966; fué acompañada por su madre y por el Padre Luis Luna.Conchita afirmó haber sido recibida por el Cardenal Ottaviani con gran afabilidad y bondad, sometiéndola a un interrogatorio que se prolongó por más de dos horas, habiendo sido registrada dicha entrevista por un Secretario del Cardenal. Dos hechos principales fueron del dominio público: que Conchita salió muy contenta y que pidió ver al Papa y este la recibió en privado y le dijo: "Conchita, yo te bendigo y conmigo te bendice toda la Iglesia", estas palabras están confirmadas por testigos.