Como sabemos, los exegetas y hermeneutas de los textos Sagrados, es decir, de los Evangelios, emplean el metodo denominado: CRITERIOS DE AUTENTICIDAD HISTÓRICA, para determinar la autenticidad del texto o textos que estudian y analizan. Estos métodos empezaron a utilizarse sobre los años 50 del siglo pasado y, de manera relevante, tenemos a biblistas de la talla del Cardenal C.M. Martini, E. Kasemann, R. Bultmann, R. Brown, H. Schurmann, X. Leon-Dufor, que son los que comienzan a aplicar este criterio científico para poder fijar la autencidad o no de un texto. Más adelante, ya sobre los años 60, destaca sobremanera, al menos para mi, que soy un ferviente lector de cualquier estudio publicado sobre el Evangelio de San Juan, el discicípulo Amado, el insigne catedrático de biblia, I. de la Potterie, que impartió sus clase, por más de treinta años, en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma, así como, entre otors, M. Lehmann, J. Caba, E. Schillebeeckx.
Dichos criterios fundamentales son:
1).- El criterio del testimonio múltiple o multiplicidad de fuentes.
Se puede considerar como auténtico un dato evangélico cuando está sólidamente atestiguado en todas las fuentes, por ejemplo hechos comunes en los sinópticos. Por ejemplo, en Marcos visto como fuente de Mateo y Lucas, en la Quelle como fuente de Mateo y Lucas y en las fuentes particulares de Mateo y de Lucas; o también en la mayor parte de los escritos del Nuevo Testamento, tales como Hechos, Juan, Pablo, cartas de Pedro, Juan, Santiago, etc. Este criterio tiene mayor peso si el hecho al que se aplica se encuentra redactado en varias formas literarias, como de hecho sucede entre la forma de escribir de algún evangelista sinóptico y San Juan.
Los estudios históricos se aplica el siguiente criterio: un testimonio concordante procedente de fuentes diversas y no sospechosas de estar vinculadas entre sí, es auténtico. El criterio contrario sería que el testimonio de uno solamente, es testimonio nulo.
2).- El criterio de discontinuidad.
a).- Discontinuidad con el judaísmo:
Este criterio de autenticidad nos dice lo siguiente: Se puede considerar como auténtico un dato evangélico que no puede reducirse a las concepciones del judaísmo o a los conceptos de la Iglesia primitiva; sino que, por el contrario, aún siguiendo su postulado innova y aporta cosas que, en su tiempo e hito histórico, es nuevo. por ejemplo:
- “Pero yo os digo…“, palabras de Jesús en las que no se apoya en citas del Antiguo Testamento, ni habla de parte de Dios como lo hicieron los profetas, sino por sí mismo.
2.- Discontinuidad con el Antiguo Testamento, sobre todo superando los conceptos de la Ley y realizando acciones más amplias que las expectativas mesiánicas.
3.- Llamar a Dios con la palabra Abba.
4.- Al utilizar el pasivo divino para referirse a Dios sin nombrarlo. Forma oral de expresión que aparece muchas veces en boca de Jesús Esta forma se utiliza en la literatura apocalíptica para los tiempos escatológicos, pero Jesús la aplica para los tiempos presentes.
5.- Con el paralelismo antitético, que es un modo de expresión típicamente semítico, en los dichos de Jesús, pero que en ellos, a diferencia de la forma en que se usa en el Antiguo Testamento, el énfasis está casi siempre en la segunda parte; por ejemplo: “Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen” (Mt 5,43-44).
6.- Con la actitud de Jesús ante la Ley, no respetando el sábado, ni el ritual de purificaciones, ni el ritual de alimentos.
b).- Discontinuidad con la Iglesia primitiva:
1.- El bautismo que recibió Jesús era un bautismo para pecadores, ¿cómo pudo la Iglesia primitiva inventar una acción que contrastaría tan violentamente con su fe? Un criterio semejante puede aplicarse a las tentaciones en el desierto.
2.- El llamamiento que hizo Jesús a sus discípulos está en discordancia con el sistema seguido con los rabinos, en el cual eran los discípulos los que escogían al maestro. También existe discordancia entre los discípulos de los rabinos y los discípulos de la Iglesia primitiva, porque en ésta eran escogidos como tales quienes tenían fe en Jesús.
3.- A pesar de la admiración de la Iglesia primitiva por los apóstoles se conservó el registro de sus errores y defectos, un ejemplo de ello son las negaciones de Pedro.
3.- El criterio de conformidad o continuidad.
Se puede considerar como auténtico un dicho o una acción de Jesús que esté en estrecha conformidad no solamente con su época y ambiente (sea lingüístico, geográfico, social, político, religioso, etc.), sino además y sobre todo que sea perfectamente coherente con la enseñanza esencial de Jesús.