miércoles, 14 de abril de 2010

MARIA


La Penitencia vista con los ojos actuales, del mundo secularizado y enraizado en la banalidad de las miserias humanas, llevadas a los medios de televisión para solaz y obtención de "share" cuyo significado, por todo lo que conlleva intrínsecamente, me es completamente indiferente, esta denostado, mal visto, acolado, erróneamente, injustamente e intencionadamente, a una especie de masoquismo religioso, producto de una Iglesia caduca y extinta, y cuyo análisis, en mano de los psicólogos modernos y actuales, lleva a tildar de enfermos o de padecer trastornos a los que la tienen integrada en su forma de vida como un medio de ASEMEJARSE A JESÚS, modelo único para la humanidad.


Para poder ser incorrectamente político, anacrónico, cavernícola, retrógrado, ir contra corriente y poder formar parte del famoso "criterio de discontinuidad", base para un análisis crítico de los acontecimientos históricos de Jesús, voy a RECOMENDAR, ACONSEJAR Y GRITAR A LOS CUATRO VIENTOS, dentro de mi humilde y modesta condición de católico tibio y mediocre,lo que LA VIRGEN, en FATIMA, les dijo a los partorcitos: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!

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