Según la carta escrita de Monseñor João Pereira Venancio, Obispo de Fátima, dijo que la Santísima Virgen se despidió en Fátima como Nuestra Señora del Carmen y que tuvo noticias de esta frase, "hasta San Sebastián de España", de un libro carmelitano publicado en Brasil hacia los años de 1930, pero que no se dio cuenta de su significado hasta que conoció las Apariciones de San Sebastián de Garabandal. Monseñor João Pereira Venancio considera a las Apariciones de Garabandal como una continuación de las Apariciones de Fátima.
Lo explica el Padre Alipio en una carta al Sr. Obispo de Santander.
Creo que, el reconocimiento por parte del Obispo de FATIMA, Monseñor Pereira Venancio, a la Manifestación hecha por la Virgen, en su última aparición en Fátima,tendría que encauzar los corazones, que no las mentes, a la contemplación de la Virgen en Garabandal ya que, para más abundancia, la Santísima Virgen se despidió en Fátima como Nuestra Señora del Carmen y, en Garabandal, dijo ser LA VIRGEN DEL CARMEN.
Aquí, en cuanto a las Apariciones o Revelaciones Privadas, yo aplicaria lo que dijo el Papa Urbano VIII:
No, la Virgen no se despidió así en Fátima. Además esa cita no consta para nada en los libros que se aluden. Y les aseguro además que lo supe de muy buena tinta. Aunque creo que la conexión Fatima-Garabandal es incuestionable, no lo es por tal referencia. Garabandal además es mucho Garabandal. AMDG
ResponderEliminarLos datos de que disponemos certifican que la Virgen puso fin temporal a sus apariciones en Fátima anunciando una nueva visita, la cual tendría lugar en San Sebastián de España. Sus palabras fueron "ate Sao Sebastiao da Espanha", hasta San Sebastián de España, tal como consta en el libro "Episodios maravilhosos de Fátima", escrito en 1921. De ello dieron fe el P. Alípio Martínez Fernandez C.S.A. y los esposos Egesipo Campos Meireles y Civa Silva Campos, los cuales se hallaban en posesión de dicho libro. El P. Alipio lo quiso testificar en un escrito dirigido al Sr. Obispo de Santander D. Juan Antonio del Val, un documento formal firmado por él en Sao Paulo el día 20 de diciembre de 1990.
ResponderEliminarTengo el libro Episodios maravillosos de Fatima, y desgraciadamente no aparece tal mencion (al menos en la version digital que tengo)
ResponderEliminarTengo el libro Episodios maravillosos de Fatima, y desgraciadamente no aparece tal mencion (al menos en la version digital que tengo)
ResponderEliminarLamentablemente los libros que citan, uno de 1921 (Portugal) y el otro De 1930 (Brasil) no se encuentran ya en ninguna parte, pero seguiré buscando. No me parece correcto expresa y rotundamente negarlo en el 2015. Posiblemente no se Le dio importancia o no se comprendió en Fátima, pero a la luz de lo que aconteció en Garabandal, se hizo claro. Ojalá alguien tenga estos escritos originales y los comparta. Yo no lo necesito, pero para los incrédulos sería una maravillosa prueba de autenticidad.
ResponderEliminarPor lo que estuve leyendo, el sacerdote que dio testimonio de que la Virgen de Fátima habría dicho esta frase, está muy seguro y lo recuerda muy bien. Lo que no recuerda es cual fue el libro donde lo habían leído tanto él, como el matrimonio brasileño que menciona. En la carta que escribió al Obispo de Santander dice que "cree" que pudo haber sido "Episodios Maravillosos de Fátima" pero no lo asegura. Así que es posible que, aunque ese no sea el libro en cuestión, exista otro bastante antiguo y poco conocido donde figure esa frase. Lo extraño es que no se lo hubieran preguntado a Sor Lucia cuando aún vivía.
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ResponderEliminarPara leer el libro "os episodios maravilhosos de Fátima" ponéis eso en Google imágenes y luego en una foto que pone dokumen clicáis y se puede leer gratis y sin suscripciones ni nada. No he encontrado la frase pero tampoco lo he leído a conciencia , lo que si pienso es que el testigo que no es cualquiera, es fiable y a lo mejor no recuerda bien el título, lástima, una cosa así tendría que tener más extensión no puede quedar así
ResponderEliminarAparece la versión de 1921 y se puede leer
ResponderEliminarSiempre EL MAL busca desprestigiar o por último desestimar todo lo que pudiese aumentar nuestra FE
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo con la reflexión final del artículo. Las apariciones falsas pueden ser causa de error o desviación para muchos fieles que creen en ellas. El Maligno mete una pequeña cuña que desvía de forma imperceptible al principio del escarpado y estrecho camino hacia la santidad, y con el tiempo va ampliando esa cuña. A Garabandal se le pueden poner múltiples objeciones, y no ha sido aprobado por la Iglesia. Recomendaría mucha precaución con todas estas apariciones marianas que proliferan en los últimos tiempos. Es además alarmante la fe ciega con la que muchos de los católicos se lanzan a creer en estas visiones, defendiéndolas como que les va la vida en ellas, airados contra quien les pide que investiguen a fondo también los argumentos válidos en contra y que no se centren en estas cuestiones, sino en la doctrina de Cristo contenida en los Santos Evangelios.
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