viernes, 20 de junio de 2014

Para que los GARABANDALISTAS puedan        reflexionar..

Conchita hace dos anuncios de importancia
en relación con su milagro

El 6 de diciembre es jueves, antevíspera de la Inmaculada. Mucho antes de que despuntase la aurora, hacia las 5,30, Conchita tiene un éxtasis que se prolonga durante noventa minutos... Al acabarse, hace la niña dos anuncios de importancia en relación con su milagro:

1) Un día, poco antes de que el milagro se produzca, ocurrirá algo que traerá como consecuencia que mucha gente deje de creer en las apariciones de Garabandal; tales dudas o deserciones no se deberán al excesivo retraso del milagro.

2) El día del milagro desaparecerá la nota que ella dejó firmada en Santander dando a las apariciones por no auténticas. (Se refiere seguramente al papel que ella había dejado firmado, por presión del doctor Piñal, cuando la llevaron a la capital de la Montaña en los días finales de julio de 1961. (Véase el capítulo VI de la 1.ª parte.)

Todos esos datos sobre el día 6 de diciembre están tomados de las notas de don Valentín Marichalar. El señor Clapes Maymó da su propia versión como testigo:


"Conchita, de 5,35 a 6,40 de la madrugada, tuvo éxtasis...
"Cuando estaba ya normal, dijo que el documento que el doctor de Santander le había hecho firmar –declarando que las apariciones eran falsas y que ella estaba loca–, que desaparecerá por orden de la Virgen.
"También dijo que casi ninguna persona creerá en Garabandal poco antes del Milagro...").

Dos días más tarde, sábado, fiesta de la Inmaculada, era la fiesta mariana más solemne y mejor guardada en España. Era, además, la fiesta onomástica de Conchita. Casi en el comienzo mismo del día, a las tres de la mañana, la niña fue favorecida con un éxtasis. Se recogió en magnetófono parte de lo que ella decía en diálogo con la aparición. Algunas cosas son de un sorprendente infantilismo, si tenemos en cuenta sus trece años bien cumplidos. Por ejemplo, y a propósito del Niño que esta vez debía de traer la Virgen:

"Hoy me trajeron un niñín, que no se parece a ése que traes Tú... Pero ¡cuánto hace que no venías con el nene! ¡No ha engordau nada! ¡Mira, está igual que estaba... ¡Onde ha estao?... ¡Ah!... Cuando no viene el nene, ¿dónde está posao? ¿En el cielo? ¿En alguna cuna?... ¡Halá! Pero Tú no puedes estar aquí y allí! Mira que..."

 Al lado de cosas tan "infantiles" y de expresiones que no hay manera de entender, se oyeron también palabras en evidente relación con el milagro; pero no aportaron nada nuevo, al quedar en el aire, sin su natural complemento y explicación, que sería lo dicho por la misteriosa interlocutora.

– "Tengo unas ganas de que llegue ese día, pa decilo... ¿Sabes por qué tengo ganas de que llegue ese día? La gente no lo cree... ¡Ah! ¿Después vendrá el milagro, cuando no crea casi nadie?... ¿Una semana bastará?... La gente, ¿cuándo te verá?"

 Una joven señora de Madrid, la señora de Larrauri (Paloma Fernández-Pacheco), estaba presente aquel día en Garabandal con su marido; me ha escrito algunas precisiones:

"El niñín de que hablaba Conchita en éxtasis es un Niño Jesús de Navidad que yo llevé. La cinta de magnetófono que recogió su conservación la llevé yo misma a los laboratorios de NO-DO; es bastante larga, y alguna vez parece oírse la voz de la Virgen. En NO-DO me dijeron que había allí dos voces;  pero que no estaban a un mismo nivel, sino como en muy distinto tono o altura (no recuerdo bien las palabras técnicas que emplearon). Estaban muy extrañados..."( SE FUE CON PRISAS A LA MONTAÑA. PADRE PESQUERA. O.F.M. Cap. ).

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